La sede territorial de Endesa en Tenerife fue concebida como un edificio funcional y sostenible, profundamente vinculado al paisaje volcánico de la isla. Se proyectó con el objetivo de ofrecer un entorno de trabajo moderno, eficiente y respetuoso con el contexto natural, integrando soluciones arquitectónicas que dialogan con la geografía, el clima y la identidad local.

Se diseñó una volumetría compacta y rotunda, inspirada en las formas geológicas del entorno, con una envolvente mineral que aporta protección solar, aislamiento térmico y una imagen institucional sobria. La organización interior fue estructurada para facilitar la operatividad de los equipos técnicos y administrativos, con circulaciones claras, espacios abiertos y zonas de trabajo colaborativo.

Se incorporaron estrategias pasivas de control climático, ventilación natural, iluminación eficiente y materiales de bajo impacto ambiental. La vegetación autóctona fue integrada en el diseño paisajístico, reforzando el vínculo entre arquitectura y territorio, y contribuyendo al confort ambiental del conjunto.